Con presencia matancera, el vóley obtuvo un histórico tercer puesto en Corea

El seleccionado argentino universitario le ganó 3-1 a China Taipei y consiguió la medalla de bronce en las Universiadas de Gwangju. En el plantel hubo dos representantes de la UNLaM: Rodolfo Barreiro, ayudante del DT Waldo Kantor, y Bruno Vinti.

El deporte universitario argentino vive un momento extraordinario. Muy probablemente, el mejor de su historia. El rotundo éxito de los JUAR en los últimos años y la masiva delegación que representó al país en los Juegos Olímpicos Universitarios de Gawngju, en Corea del Sur, son hechos que puede servir como pruebas fehacientes para corroborar esta idea.

Una idea que se refuerza aun más luego de la medalla de bronce conseguida por la Selección universitaria de vóley este fin de semana, luego la victoria ante China Taipei por 3-1 (19-25, 25-21, 25-22 y 25-22), en lo que fue la primera presea en la historia de nuestro país en una competencia por equipos.

Y como viene ocurriendo desde hace unos cuantos años, siempre que se hable de deporte universitario aparece con fuerza el nombre de la UNLaM, inobjetable ganadora en la edición 2014 de los JUAR y protagonista en cada competencia en la que participan sus equipos. Y este logro del seleccionado de vóley también tiene que ver con la UNLaM, porque dos representantes de esta casa de Altos Estudios integraron el plantel que se subió al tercer escalón del podio.

Se trata de Rodolfo Barreiro, DT del primer equipo de la Universidad que participa en la División de Honor, que viajó a Corea como ayudante técnico del legendario Waldo Kantor, el DT del combinado nacional, y Bruno Vinti, uno de los referentes del elenco matancero que se dio el gusto de cumplir el sueño de calzarse la camiseta albiceleste.

La campaña del vóley fue extraordinaria, porque le ganó a todos los equipos a los que enfrentó (con China Taipei cayó en el debut, pero se desquitó en el partido por el tercer puesto) y perdió ante Rusia, en semifinales, el seleccionado que finalmente se quedó con el torneo de manera invicta.

En síntesis, se trató de una actuación histórica para el deporte universitario en general y para el vóley en particular. Y un nuevo orgullo para UNLaM, que tuvo a Barreiro y Vinti como embajadores de lujo.