Hablemos mejor todos los días

El1 Digital presenta un espacio de sugerencias para el buen uso del idioma. Ejemplos claros y explicaciones sencillas para tener en cuenta. En esta oportunidad, se tratarán algunas recomendaciones de la "Fundación de Español Urgente" (FUNDÉU) sobre el uso de diferentes expresiones.

Erario público
Denunciaron malversación de fondos del erario público.
En esta expresión, de uso administrativo y político, sobra el segundo término. En efecto, erario significa "hacienda pública y lugar donde se guarda". En consecuencia, la expresión es una redundancia. Basta con decir erario. No existen erarios privados.

Enriedo
Sus declaraciones provocaron un enriedo político.
El verbo enredar es regular. La palabra deriva de "red". Entonces, la conjugación se ajusta al modelo regular correspondiente, amar, y no a otros que sí son irregulares y convierten la "e" en "ie" en ciertos tiempos, como apretar, pensar, apretar, arrendar, etc. Si el verbo es regular, el sustantivo correspondiente es enredo.

Limousine/limusin/limusina
La pareja llegó a la iglesia en una lujosa limousine.
El vocablo que designa a esos ostentosos automóviles es un galicismo no reconocido. En el diccionario de la Academia solo aparece limusina.

Pilotear
El mandatario quiso pilotear el helicóptero.
Está reconocido: conducir un medio de transporte. También lo está pilotar, que es el preferido por la Academia. Pilotear significa, además, colocar pilotes para sostener o reforzar una construcción.

Origen de dichos y refranes:
Como bola sin manija
-Hace varios días que veo a nuestro amigo Alberto andar sin rumbo. Está indeciso, no sabe qué hacer... Parece medio boleado.
-Yo también lo he observado. ¿Qué le pasará? Anda como bola sin manija.
Cuando los conquistadores españoles llegaron a tierras americanas, se encontraron con numerosos pueblos aborígenes en diverso grado de cultura y civilización. Ninguno conocía la pólvora y, por tanto, no disponían de armas de fuego. Lanza, arco y flecha, garrote, eran sus principales, y únicos, instrumentos de lucha. Las tribus de la llanura argentina idearon un arma muy simple pero muy efectiva para la caza y la pelea, siempre que fuera manipulada por diestros jinetes y guerreros: las boleadoras. Consta de tres bolas de piedra, plomo o hierro, forradas con cuero y sujetas entre sí por una cuerda. Una de las bolas, la más pequeña, llamada "manija", es la que se empuña para ejecutar el tiro o boleo. Si se trata de cazar un animal, un avestruz, por ejemplo, el jinete inicia una persecución hasta tener la distancia justa; entonces revolea las boleadoras y las lanza en vuelo giratorio con certera puntería; las piedras golpean al animal y la cuerda se enreda firmemente en sus patas, lo inmoviliza y queda a merced del cazador. En manos de una persona inexperta, las boleadoras, o bola, pueden salir en cualquier dirección y provocar daños impensados. Cuando el lanzador es inhábil, las piedras salen dando innumerables vueltas sin destino fijo. Eso es andar boleado o como bola sin manija.