María Eugenia Vidal reafirmó su desprecio hacia la universidad pública

En una entrevista concedida a la señal televisiva IP, la exgobernadora defendió la desafortunada frase en la que cuestionó la política de apertura de nuevas casas de altos estudios en el Conurbano alegando que “nadie que nace en la pobreza llega a la universidad”.

“¿Es de equidad que, durante años, hayamos poblado la provincia de Buenos Aires de universidades públicas cuando todos los que estamos acá sabemos que nadie que nace en la pobreza en Argentina hoy llega a la universidad?”, se preguntó María Eugenia Vidal, tres años atrás, en un discurso brindado en un almuerzo del Rotary Club.

Al explicarle a la periodista Mariana Verón los motivos que la llevaron a esa desafortunada conclusión, Vidal puso en contexto: “Yo venía de Puerta de Hierro, que es ‘una villa grande de La Matanza al fondo’”. Más allá de la visión centralista de denominar “La Matanza al fondo” a un barrio ubicado en el corazón del Distrito (se trata de una lectura propia de quienes aterrizan en el Conurbano para una aventura política provenientes de la CABA), la exvicejefa de Gobierno de la Ciudad recriminó que la UNLaM no abría una colonia de vacaciones para los y las habitantes del barrio. Si bien no hubo gestiones formales para tal actividad, quizás la entonces gobernadora ignoraba que más de 15.000 personas (incluyendo casi 3.000 deportistas federados) practican actividades deportivas y recreativas en la Universidad que, según apuntó, “no abre sus puertas”.

También es posible que ignore que la Universidad Nacional de La Matanza trabaja a diario en el territorio generando impacto social junto a los sectores que más necesitan. La UNLaM aporta oportunidades educativas, investigación y trabajo de extensión, lo que incluye su oferta deportiva, recreativa y cultural y todo tipo de herramientas para acompañar la trayectoria educativa (tutorías, becas, pasantías). Aun en pandemia, la Universidad no se retira del territorio ni se toma años sabáticos y continúa vigente la labor en barrios con derechos vulnerados (incluyendo Puerta de Hierro, donde se trabaja junto a quienes estudian o quieren estudiar en la UNLaM). 

Paralelamente, centenares de profesionales de la salud que se graduaron en nuestra Universidad reforzaron el sistema sanitario. Se trata de graduadas y graduados de Medicina y Enfermería que están salvando vidas y contribuyen a la búsqueda de una salida de la pandemia, por ejemplo, a través de la vacunación: en la posta vacunatoria de la UNLaM, más de 30.000 personas ya recibieron sus dosis. Además, se llevan a cabo otras acciones para mitigar el impacto de la situación epidemiológica, como la confección de máscaras protectoras, las decenas de proyectos de investigación llevados adelante en el marco del Programa Vincular UNLaM o el sostenimiento de la asistencia a comedores de La Matanza. Todo esto se suma a la continuidad de la actividad académica bajo la modalidad a distancia.

Oportunidades versus oportunismo

“Hacía poco tiempo había estado en la Universidad Nacional de La Matanza, recorriendo como gobernadora. El Rector me había dicho que tenían una política muy abierta a la comunidad”, continuó. Lo cierto es que Vidal había estado en la Universidad un año antes, en 2017. La fugaz visita tuvo un objetivo primordial: grabar un spot de campaña a pocas semanas de las elecciones. “La Matanza tiene todo para crecer y estar mejor y su Universidad es el ancla, inmersa con su prestigio y credibilidad en la comunidad. Los chicos entienden que la universidad les ofrece un salto en sus vidas. Les tenemos que dar la oportunidad a todos”, manifestó en aquel momento.

Pero tras contextualizar la desatinada frase que sentencia que “nadie que nace en la pobreza llega a la universidad”, llegó a la misma conclusión. La exfuncionaria porteña argumentó que “a los chicos que nacen en esos barrios les cuesta más terminar el secundario porque hay más barreras y menos oportunidades”. “Hoy está la puerta de la universidad del Conurbano, pero todo lo anterior no está. Por más que le pongas la puerta de la universidad en el mismo distrito, les cuesta mucho. Si queremos inclusión de verdad, hagamos inclusión de verdad. Podés tener una universidad bárbara, pero no van a llegar”, se explayó.

Cabe recordar que su gestión en la provincia de Buenos Aires terminó con 290 unidades educativas estatales menos que en 2015. Además de cerrar 350 modalidades en la educación de jóvenes y adultos, la gestión Vidal redujo 57 unidades educativas en el nivel primario y nueve en el secundario. Eso redundó en menos oportunidades, a diferencia de la presencia de una institución como la UNLaM, donde (quizás Vidal lo ignora) el 90 por ciento de los y las estudiantes son primera generación universitaria en su familia.

Para Vidal, acercar las universidades a los barrios populares no es inclusión. Fue la sentencia con la que terminó la discusión: “No sostengas como gobierno que si tenés una universidad pública estás incluyendo”.

María Eugenia Vidal ignora mucho de lo que sucede en el ámbito de la Universidad. Pero no la culpamos. A diferencia de millones de estudiantes que accedieron al sistema universitario no arancelado para soñar con un futuro mejor, Vidal completó toda su trayectoria educativa en instituciones privadas y no tuvo la suerte de “caer en la educación pública”.